Liderate
6/30/2020
Esta es la historia de Ale, una
persona de 28 años de edad que en su vida diaria no tenía
grandes ilusiones ya que había nacido en una familia de escasos recursos, lo
que siempre supuso en sus pensamientos una gran limitación para cumplir sus
deseos; por ende no pudo entrar a estudiar en la universidad de sus sueños por
qué no tenían los recursos para cumplir este sueño, Ale decidió no estudiar y
buscar empleo en lo que “resultara” así llego a trabajar en la jardinería de
una empresa altamente reconocida.
Allí conoció un hombre ya mayor que visitaba
con frecuencia esta empresa, su aspecto no era de un hombre de dinero pero su
actitud era apreciada por todos los empleados este lugar quienes no sabían
quienes era, éste hombre cada día que visitaba la empresa saludaba y dedicaba
un corto tiempo para hablar con Ale (quien al principio le fastidiaba porque le
retrasaba su trabajo). Este hombre en sus charlas cortas siempre admiraba el
trabajo que Ale lograba con el jardín. Con estos halagos Ale no se sentía bien,
pues sabía que podía dar más esfuerzo de lo que en verdad estaba depositando
para lograr su objetivo, así fue que cada día se empeñó en que su trabajo fuera
realmente excepcional. Todos en la empresa lograron notar el maravilloso jardín
que ahora brotaba en los alrededores de la empresa e incluso socios e
inversionistas que visitaban la empresa no se iban del lugar sin antes dar un halago
a la persona que lograba tan extraordinarios resultados.
Finalmente un día Ale estaba trabajando y
sintió que alguien se acercaba, se incorporó de inmediato para ver a este gran
hombre que había entusiasmado su trabajo; Ale jamás le había preguntado su
nombre y se dio pena por esto, al preguntarle el nombre éste se presentó como Antonio
Salamarín y de inmediato Ale lo reconoció como el padre del dueño y se sonrojo
pidiendo disculpas por el trato tan descortés con el que lo había tratado, a
esto Antonio respondió que fue el trato más sincero que esperaba recibir y que
realmente él no quería que lo reconocieran por el dinero sino por las cosas
buenas que pudiera ofrecer a los demás; le felicito por lo que había logrado no
solo a nivel laboral sino a nivel personal explicándole que se había convertido
en un líder, esto realmente sorprendió a Ale quien no entendía, Antonio le dijo
que gracias al esfuerzo que había puesto en su trabajo, otros empleados se
sentían tan inspirados que lograron lo mismo en sus diferentes labores
mejorando todo en la empresa. Antonio le acababa de dar la mayor lección de su
vida ¡si realizas con pasión tus acciones serás un líder natural! Antonio había
sido su líder y Ale se volvió líder para otros sin saberlo, asimismo pensó que
para hacer las cosas con pasión no necesitaba dinero, así que decidió poner un
esfuerzo extra e iniciar en la universidad la carrera de sus sueños hasta
lograrlo.
Esta historia nos muestra claramente que no necesitamos
cargos para ser líderes e inspirar a los demás y a sí mismo, lo que necesitamos
básicamente lo tenemos en las manos y hace parte de nosotros; es la aptitud
positiva como tomamos las situaciones. No esperes tener el cargo más alto para
empezar a hacer las cosas realmente bien, has que tu trabajo brille por luz
propia sea cual sea el puesto, ¡siempre sé el mejor de los mejores! Un líder es
una persona que inspira a otros a seguirle sin necesitada que sean obligados.
Sé un líder para tu familia, tus amigos, en tu trabajo, en lo académico, hagas
lo que hagas se excepcional en ello.
El mundo es totalmente cambiante, por lo tanto debemos adaptarnos
a él si deseamos salir triunfantes en nuestros proyectos, buscar soluciones y
tener una visión amplia para lograr transformarse y transforma el medio
positivamente.
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