El gamusino
7/01/2020
Autor:
Alicia Martínez Montesinos
Había
una vez un gamusino, que quería ser el vendedor más importante de mariposas.
Él, tenía una idea en la cabeza: quería que las mariposas tuvieran luz propia.
Esta idea le daba vueltas y vueltas por su cabeza desde que era gamusinito.
En
cuanto pudo, abrió su propia tienda de mariposas. En la trastienda, tenía un
taller donde día tras día probaba nuevos métodos para poder conseguir su
propósito. Se obsesionó con ella de tal forma, que empezó a dejar de salir con
los amigos, ya no dormía casi, y muchas veces se le olvidaba hasta comer. Los
«nervios» que alimentaban su ambición, le estaban empezando a traicionar y se
apoderaban de él.
Su
carácter cambió también, la gente ya no quería ir a su tienda porque trataba
muy mal a todo el mundo, e incluso sus propias mariposas habían perdido el
color y la viveza que tenían. Siempre con ese mal genio, que a veces se
transformaba en llanto cuando sentía que no podía más y encima su idea seguía
sin ser algo real.
Al
tiempo, se empezó a notar cansado, enfermaba a menudo, su ánimo seguía
empeorando y para colmo las ideas no brotaban en su cabeza, se estaba quedando
sin alternativas, rondándole por la mente continuamente ideas de fracaso y de
desconcierto que le hacían sentirse peor aún.
Un
día pasó algo raro…Es probable que llevara trabajando más de veinte horas
seguidas, enfrascado en su labor, cuando sin darse cuenta se quedó dormido del
agotamiento. Empezó a soñar con sus antiguos amigos…
-¿cuánto tiempo hacía que no salía con ellos a divertirse? Se vio relajado y sonriendo hablando de cualquier tema.
-¿cuánto tiempo hacía que no salía con ellos a divertirse? Se vio relajado y sonriendo hablando de cualquier tema.
-¿cuánto tiempo hacía que no sonreía y desconectaba de mi trabajo? Y cuando acabó la cena se fue a dormir a su seta preferida.
– ¡pero que a gusto se está! ¿Cuánto tiempo llevaba sin descansar?
De
repente sonó un estruendo, había sido nuestro gamusino durmiente que despertó
del golpe. Se había quedado dormido, era todo un sueño… Ni siquiera sabía el
tiempo que llevaba allí. Se entristeció aún más al darse cuenta.
Pero
algo había cambiado…Se dio cuenta de que necesitaba todo aquello que había
dejado de lado. El descansar, comer bien, hacer deporte, quedar con los amigos
y sonreír era lo que le impulsaba a seguir creyendo en su sueño, proponiéndose
no volver nunca a descuidarlo.
Me
consta, que al poco tiempo de que me contaran esta historia, nuestro gamusino
consiguió su propósito, lo había tenido tan cerca todo este tiempo y ni se
había dado cuenta. Su mariposa de luz propia, había sido un éxito y aún las
podemos ver por el campo, solo que para que su nombre fuera más comercial las
empezamos a llamar luciérnagas.
MORALEJA:
Los gamusinos son seres que no existen más allá de nuestra imaginación. El
estrés es algo parecido, se encuentra en los pensamientos de cada uno de
nosotros, en la forma que tenemos de enfrentarnos a nuestra vida, nos hace
modificar nuestro comportamiento y nuestro pensamiento. A largo plazo, una
situación de estrés prolongada nos pasa factura también a nivel físico, ya que
el estado continuo de alerta que nos provoca el estrés es insostenible. Por
eso, es tan importante descansar, estar sano y dedicar tiempo a nuestras
actividades de ocio. Así podremos manejar mejor nuestras situaciones
estresantes, dando mejor salida a nuestro trabajo y obligaciones.
El
estrés y la ansiedad no son malos en sí mismos, ya que nos impulsan muchas
veces a realizar cambios o a enfrentarnos a situaciones diferentes, pero puede
llegar a ser patológico, y en ese caso, es aconsejable acudir a un psicólogo
para tratarlo, antes de que aparezcan síntomas físicos y psicológicos
preocupantes. En la consulta se aprende una forma alternativa de pensamiento,
aceptando al estrés como aliado y aprendiendo a controlarlo, para que no nos
domine él. Las cosas tienen la importancia que les damos.
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